La problemática en la calidad del servicio de salud ha...
Zulay Méndez, una figura relativamente nueva dentro de la política local en Puerto Gaitán, ha desempeñado un papel controversial por las situaciones en las que se ha visto involucrada, como por ejemplo en diciembre de 2019, cuando quedó cobijada con medida de aseguramiento, al ser acusada por el asesinato de su esposo, un empresario de la región, pocos meses después de haber quedado electa como concejal por el partido Cambio Radical, tras una pomposa campaña electoral.
Al recibir la opción de detención domiciliaria, Zulay intentó posesionarse como concejal en enero de 2020, sin embargo, la posesión fue obstaculizada por una circular del CNE (Consejo Nacional Electoral) que impedía la posesión de funcionarios públicos que estuvieran atravesando procesos legales o judiciales como en el caso de Zulay.
Fue solo hasta octubre de 2021, que la concejala electa pudo posesionarse, tras lidiar por cerca de dos años, la batalla judicial que le impedía ocupar el cargo de servidor público, y que según ella, se trató de una clara persecución política.
A pesar de que Méndez llegó a ocupar su curul a la mitad del periodo que le correspondía; en solo cinco meses ha resonado en el concejo como nunca lo hicieron la mayoría de los colegas que ostentan el cargo desde el inicio del periodo.
Durante el corto tiempo desde que Zulay llegó al concejo municipal, ha propuesto sesiones destacables como por ejemplo, la intervención a la empresa de Servicios Públicos Perlas del Manacacías donde el gerente Salvador Gutiérrez fue interpelado por la concejal, para que diera explicaciones a las problemáticas que se vienen presentado con las basuras. Además, propuso una citación con las operadoras de hidrocarburos para que dieran un balance sobre contratación y empleabilidad, a pesar de que ninguna asistió.
El pasado 10 de marzo, Zulay apoyó abiertamente a las funcionarias de aseo de la alcaldía y Perlas ESP cuando se manifestaban en reclamo a pagos adeudados desde diciembre, en algunos casos. La concejal se puso la camiseta de las trabajadoras y donó su sueldo de un día, para acompañarlas en el plantón, y compartir con ellas refrigerio.
Gracias a este plantón las mujeres fueron escuchadas y alguna aseguraron haber recibido pagos ese mismo día.